¡Al fin!, pensé para mis adentros el miércoles de la semana pasada, cuando iniciamos el curso de periodismo virtual. Para mí, unos de los más polémicos en la Universidad, no tanto por sus contenidos, sino por la metodología de trabajo usada por los maestros que la imparten.
Dos posiciones se enfrentan comúnmente entre los estudiantes que circundan las cafeterías; la primera, apática, crítica, y resentida; la segunda, tiende a la neutralidad, y expectativa.
En lo personal, creo que un poco de rigor no le cae mal a nadie, y más cuando se trata de aprender de un campo de conocimiento como el periodismo. Sin embargo, esta posición difiere mucho de mi realidad porque soy un tanto irresponsable con los compromisos, que exige esta materia.
Según, el gran maestro Riszard Kapuscinsky un buen periodista necesita ser riguroso, disciplinado y hasta un poco cansón con los detalles, y tiene mucho sentido al decirlo, pues la calidad de los contenidos periodísticos que generamos está ligada a la responsabilidad que tengamos con nuestras fuentes y nuestros lectores.
Extrovertido, empático, versátil, progresista, enérgico, ambicioso y, soñador, creo que son las características más marcadas en mi cotidianidad; las demás, ustedes las irán conociendo a medida de nuestro trato, esperando que sea siempre el mejor.
De mi parte, nunca excluiré las diferencias, las contrariedades y los debates, que son los verdaderos formadores de nuestra posición en el mundo; además porque creo que como comunicadores en formación, la escucha hace parte fundamental de la construcción del discurso, que algún día utilizaremos, en los diferentes ejercicios de la comunicación.
Frecuentemente, se me pasan por la cabeza ideas absurdas, y querido compañero lo que te pido es un poco de respeto y que te dejes permear del algún idealismo, o por lo menos, la oportunidad para demostrarte que tan viable u oportuno puede llegar a ser.
Tal vez, influenciado por Javier Darío Restrepo, he llegado a creer que el ejercicio del periodismo está ligado al desarrollo de la democracia; y más en países como Colombia, que todos los días despierta con algún escándalo de corrupción, alteraciones en el orden público o alguna violación de los derechos fundamentales del hombre; y son precisamente, estas las fuentes que me despiertan más intriga, y por deducción interés.
Dejándoles una vista panorámica de lo que es su colega, no me queda más que desearles que este proceso que hoy comenzamos traiga muchos frutos a su vida laboral y profesional. ¡Bendiciones!.
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